Tradiciones violentas e ilegales

Mientras los jueces pretenden encarcelar a quienes protestan y se lamentan del maltrato animal, las autoridades administrativas hacen la vista gorda y tratan con guante de seda los reiterados incumplimientos de la ley en muchos actos violentos con animales. Un año más, la pava de Cazalilla fue obliga a "volar" para diversión de miles de energúmenos. ¿Hasta cuando van a estar dando este lamentable espectáculo?
Un año más Asanda y otras organizaciones denunciaron los hechos.

La Asociación Andaluza para la Defensa de los Animales (Asanda) ha denunciado ante la Consejería de Agricultura el lanzamiento de una pava viva desde el campanario de la parroquia Santa María de la Magdalena ocurrido el pasado día 3 en Cazalilla (Jaén) en el marco de la celebración de la festividad de San Blas.

El vicepresidente del colectivo, Luis Gilpérez, ha explicado que la denuncia va contra la persona que fue responsable directa de arrojar al animal y contra el Ayuntamiento de la localidad como responsable subsidiario. Además, solicita a la Administración autonómica que aplique la máxima sanción posible dentro de las que permite la ley que considera estos hechos como una infracción administrativa en materia de protección de los animales "muy grave".

Según ha añadido, las circunstancias que se dan en Cazalilla "reúnen prácticamente todos los agravantes" que contempla la normativa para que pudiera ser así e imponer, por tanto, la cuantía más alta que prevé, que es de 30.000 euros, frente a la de 2.001 euros con la que se viene multando a quien arroja la pava y que es la menor.
"Indicamos que se es reincidente, ya que el lanzamiento se ha producido con anterioridad, y, además, se encuentra planeado, puesto que la pava y el acceso al campanario están preparados", ha asegurado Gilpérez a pesar del "truco de que cada año tire al animal una persona distinta para decir que no se es reincidente" sin que el Ayuntamiento haga nada.
Por eso, han vuelto a pedir al Gobierno andaluz que aplique la sanción más severa posible e implique también al Consistorio, algo que, a su juicio y frente a ediciones anteriores de esta tradición, "parece tener más posibilidades" ahora tras conocer las declaraciones de la consejera de Agricultura, Clara Aguilera. Al respecto, Aguilera manifestó que se trata de "una práctica que no se puede permitir" al tiempo que subrayó que el Ayuntamiento de Cazalilla fue sancionado en dos ocasiones por esta costumbre y "la intención de la Consejería es que no se vuelva a repetir".

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