En el transcurso de las Jornadas Técnicas celebradas bajo el título “Oportunidades de Mejora de Rentabilidad en las Explotaciones Ganaderas del Valle de los Pedroches” en el marco de
Layla Fernández, Directora de I+D, fue la encargada de cerrar las jornadas técnicas con la ponencia “Bienestar animal para obtener un producto de calidad garantizada” en la que destacó cómo el impacto del bienestar animal en la cadena alimentaria es “considerable” porque el bienestar animal, el estado de salud del animal y/o el nivel de estrés previo al matadero, por ejemplo, tiene un impacto directo en la calidad del producto procedente de ese animal. Pero no sólo eso sino que también se refirió al aumento de la responsabilidad de los consumidores con el bienestar animal y aseguró que diferentes estudios realizados en España confirmar que el nivel de conciencia acerca del buen trato a animales en el país es cada vez más importante, aunque todavía menor que el observado en el norte de Europa. Esto está condicionando ya la política comunitaria en este tema. En este sentido se hizo eco de que
Remando en ese línea, es justo hacernos eco de la entrevista con Jonathan Safran Foer aparecida recientemente en el diario “Publico” con motivo de la publicación de Comer animales (Seix Barral) El libro puede ser de gran utilidad ya que, en palabras de Isabel Piquer, autora de la entrevista; “es a la vez una reflexión moral y filosófica sobre porqué comemos ciertos animales (pollos, vacas) y no otros (perros, gatos, al menos en Occidente), una oda al vegetarianismo, un meticuloso reportaje sobre el lado oscuro de la agroindustria y una historia familiar que empieza con el pollo con zanahorias que le cocinaba su abuela (el mejor chef del mundo) cuando era pequeño.
Vegetariano por temporadas desde muy joven, Foer se planteó la cuestión de la dieta a seguir al tener que decidir si criar a su primer hijo en el vegetarianismo o no. Una investigación médica, científica, social, económica e histórica en torno al tema de la comida le llevaron a la conclusión de que la industria alimenticia, la que más dinero mueve en el mundo, la que más consecuencias tiene sobre el medio ambiente y la que mayor impacto directo tiene sobre nuestra salud, es sobre la que menos información dispone el ciudadano. La gran cuestión no es hacer proselitismo de un tipo de alimentación, sino proporcionar la información adecuada para tomar decisiones propias a la hora de comer”
Fuentes:
http://www.publico.es/culturas/371556/no-podemos-ignorar-la-procedencia-de-lo-que-comemos